Sentimiento de febrero: Orgullo

Sentimiento de febrero. Orgullo

Los primeros acordes de la música empiezan a sonar, todo el mundo se gira y ahí está ella. Radiante, de blanco impoluto, con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos más brillantes que he visto en mi vida. En este justo momento siento un orgullo que no cabe en mi pecho, siento que si pasan 10 segundos más voy a explotar de miles de sentimientos, todos positivos, dentro de mí.

Ha llegado su día. EL DÍA. Este día que tanto tiempo lleva soñando, esperando y planeando y que por fin está empezando a disfrutar y yo no puedo estar más orgulloso de estar aquí, justo a su lado, agarrándola del brazo y acompañándola a dar uno de los pasos más importantes de su vida.

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Ya desde su primer balbuceo supe lo que es estar orgulloso de alguien. Cuando dijo “papá” por primera vez, elevé ese sentimiento al cuadrado. Cada vez que conseguía sus objetivos y metas, a la máxima exponencia y, hoy, hoy no encuentro mejor manera de definir el orgullo.

Pero no creas que es un día del todo fácil para mí. Sí, estoy orgulloso porque, mi niña, la que siempre ha sido mi más preciado tesoro, se casa y por fin emprende un nuevo camino, lo que me hace inevitablemente estar triste a la vez. ¿En qué momento te has convertido en la hermosa mujer que eres ahora?

Toda la vida dando pasos juntos, poco a poco, para poder alcanzar cada una de sus metas, sus ilusiones y superar todos los obstáculos y aquí estamos, dando unos cuantos de pasos más, esta vez para llegar al altar y seguir haciéndola feliz siempre que pueda.

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Aún recuerdo cuando llegaba a casa, cual niña pequeña, con la cara iluminada y la “tontuna” de cuando empiezas a enamorarte. Cuando nos presentó al que hoy se convierte en su compañero de vida y cuando, con lágrimas en los ojos, nos contaba que así sería. Su “sí quiero” ha llegado y yo no puedo estar más orgulloso de haber vivido con ella cada uno de esos momentos.

Siempre supe que sería y será una mujer que conseguiría todo lo que se propusiera en su vida y no me ha defraudado, por eso no he dejado de estar orgulloso de ella ni un segundo de su vida.

Compartir la felicidad el día de la boda de tu hija es otro motivo de orgullo. Saber que la persona por la que has luchado toda tu vida hoy está cumpliendo uno de sus sueños, me infla el pecho cual pez globo, tanto que cuesta respirar. Después la miro y se me pasa, porque ella me da vida.

Y hoy te hablo a ti, y te expreso todo esto, para que sepas que, ese orgullo que yo he sentido durante todos sus años de vida, espero que tú también lo sientas y la cuides y la quieras porque no habrá en el mundo nada más bonito que mi niña.

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